Ya ha pasado un año desde que llegue al Colegio, obviamente muchas
cosas han pasado pero algo se puede decir me marco para siempre. En mis
primeros días me di cuenta que la juventud de ahora es distinta nada que ver
con mi época, para mí fue algo nuevo, pero no quiero escribir sobre eso, más
bien ver la otra cara de la moneda.
Mi esposo me vio esos días algo triste, desanimada pero me insistió que
de todos mis estudiantes tal vez hay uno que yo logre cambiar, para mi sorpresa
fue lo contrario. Pues bien había explicado en un curso de octavo año que es
una crónica, como está estructurada y leímos ejemplos, a la hora del deber
mande a que realicen una crónica de su barrio, y transcribo el deber de un
estudiante.
¡La abuelita
Carmita!
A pesar de
su edad trabaja por necesidad
“Todas las tardes una dulce ancianita recorre las calles de mi barrio
de Sauces 8, vendiendo tortillas y muchines a sus vecinos, las personas son muy
amables y atentas con ella y le compran las delicias que vende.
La adorable abuelita como le llamo tendrá unos 75 años, se llama
Carmita, tiene un rostro dulce y unos ojos preciosos, ella inspira ternura,
tiene su cuello un poco torcido, una pequeña joroba, y a pesar de esas
dificultades físicas, ella sale todas las tardes a vender su deliciosa comida y
así ayudarse en los gastos. Es una mujer fuerte, con voz melodiosa, a la cual
no se le puede decir que no.
Por las mañanas compra la yuca, el verde, el queso, la carne, aceite y
los aliños para preparar los muchines, corviches, etc. Es una persona admirable
que no se aísla, ni se aparta de los demás.
Los adultos mayores siguen siendo importantes en nuestra sociedad, están
llenos de historias, consejos y sabiduría. Por eso hay que valorarlos cada día
de nuestras vidas brindándole amor y afecto.
Les pido que cuando en las tardes vean a la abuelita Carmita por mi
barrio le compren muchines, tortillas y sus deliciosos corviches. Les aseguro
que ella les agradecerá con una linda y hermosa sonrisa.
Por eso les digo que el ejemplo de trabajo de la abuelita Carmita nos
sirva a toso para lograr nuestros propósitos y nunca dejarnos derrotar por las
adversidades de la vida.”
Cuando mande el deber los chicos me decían puedo escribir sobre la
vieja sapa, un accidente y cosa por el estilo, yo les dije que sí, que no había
problema con tal que lo hagan bien, reconozco que hubieron muchos trabajo
buenos, pero este en particular me llamo la atención, por su redacción el
mensaje que transmitía, a parte de una letra bonita, fue un trabajo impecable.
Fue ahí que me di cuenta que en cada institución debe haber un niño
que siempre da lo mejor y espera que su maestro todos los días le enseñe algo
nuevo, este estudiante en mi caso me
inspiro a dar lo mejor de mi cada día y a lo largo de todo este tiempo he
encontrado excelentes estudiantes, no solo por su aprovechamiento también por
su buen corazón.
Creo fielmente que la juventud de ahora va a seguir adelante y vamos a
tener buenos profesionales, solo hay que saberlos guiar. Estoy contenta de verlos crecer y que se están
formando por el camino correcto, si queremos una sociedad mejor, hay que
aprender a escucharlos, en el hogar y en el Colegio para saber orientarlos; ellos nos necesitan y nosotros
necesitamos de ellos.